jueves, 31 de diciembre de 2009

XXV
(Eclipse de una tarde gongorina).
Ricardo Peña Barrenechea
Niña del cielo por abril florido.
Jilguero tornasol —pluma nevada
con la niebla del canto en la mirada
y el fuego de la mar en el vestido.

Del campo desdeñé pájaro ido
por asir de su lengua el pez espada;
y a la espiral del aire la enconchada
prendido a la metal de su sonido.

Al claro día di la herida espalda.
Y al marfil de su cuerpo el ojo-velo;
desnudo ya en su gruta de esmeralda.

Carrousel de la dicha y los dolores.
—oh fuego de la mar, rosa del cielo—
de estirpe y manantial de ruiseñores.

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