Canción primera
(Sextinas y otros poemas)
Carlos Germán Belli
Estas dos sin par rosas en un tris
de ser baldadas lianas por el suelo,
o en los perfectos pétalos luciendo
el contorno de un labio leporino,
y aun afiladas garras como ramas
a o largo de un encorvado tallo,
o el imperio del bulbo
en fin avasallando
el buen olor del pétalo;
que si en caso hipotético así fuera,
y no esmaltadas rosas como hoy son,
cuál jardín en su seno las tendría,
si del lilio al heno
todo sería no más cardo esquivo.
O bien las ambas tórtolas completas
en las nubes aparecido hubieran,
de alas y patas feamente mochas,
y un cuerpo sólo con cabeza y pico,
que de volátil mude en ser campal,
cayendo del bajo suelo cual serpiente,
en tanto el cielo arriba
de alguna ufana tórtola
el usufructo sea;
mas ni llorar su vida a ras del risco,
pues menos que el ofidio existirían,
tanto como un corpúsculo invisible,
y ni silbo y ni son,
y ni a rastras ni vuelo y casi nada.
Acá la arcilla como rosa y tórtola,
a la par en el sino cada cual,
tan a mil maravillas para siempre,
cuanto en peligro sucesivamente
de gelatina, cieno, grisú o roca,
o todo a la vez, híbrido primero,
cuya confusa mezcla
ni imaginarse alcanza
al verse hoy feliz,
a punto de mudar en cambio toda,
con un divino soplo de por medio,
el natural estado bien pudo
menos que arcilla ser eternamente.
Si cada cual en riesgo
de híbrido más que el otro,
Canción mía, partid de una vez ya,
que en tris estaís también,
y no ser tal jamás,
sino clo, guau, miau, mu.
GRATIAS DEO
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