¡Quién sabe!
(Tríptico criollo)
José Santos Chocano
Indio que asomas a la puerta
de esa tu rústica mansión:
¿para mi sed no tienes agua?
¿para mi frío cobertor?
¿parco maíz para mi hambre?
¿para mi sueño mal rincón?
¿breve quietud para mi andanza?
-¡Quién sabe, señor!
Indio que labras con fatiga
tierras que de otros dueños son:
¿ignoras tú que deben tuyas
ser, por tu sangre y tu sudor?
¿ignoras tú que audaz codicia,
siglos atrás te las quitó?
¿ignoras tú que eres el Amo?
-¡Quién sabe, señor!
Indio de frente taciturna
y de pupilas sin fulgor:
¿qué pensamiento es el que escondes
en tu enigmática expresión?
¿qué es lo que buscas en tu vida?
¿qué es lo que imploras a tu Dios?
qué es lo que sueña tu silencio? -¡Quien sabe, señor!
¡Oh raza antigua y misteriosa
de impenetrable corazón,
y que sin gozar ves la alegría
y sin sufrir ves el dolor:
eres augusta como el Ande,
el Grande Océano y el Sol!
Ese tu gesto, que parece
como de vil resignación,
es de una sabia indiferencia
y de un orgullo sin rencor...
Corre en mis venas sangre tuya,
y, por tal sangre, si mi Dios
me interrogase que prefiero,
-cruz o laurel, espina o flor,
beso que apague mis supiros
o hiel que colme mi canción-
responderíale dudando:
-¡Quién sabe, señor!
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