viernes, 18 de diciembre de 2009

TESTIMONIOS

Qhoyas Llank’ay

Este testimonio fue dictado por Benjamín Ramírez, ex-trabajador de la mina Siglo XX.

El título significa en castellano: "El Trabajo en las Minas". Es una descripción de las experiencias sobresalientes de un minero, tanto en lo significativo de ser parte de una concatenación commercial-extranjero, como en los aspectos prioritarios religioso-supersticiosos, los que le animan y alientan al minero en su duro trabajo.

En un lenguaje quechua potosino, el narrador pone en boca de un noviciado las primeras impresiones de interior mina, las que son de susto y desorientación, que se van formando en una dependencia en las creencias mineras esenciales para su supervivencia en ese ambiente evidentemente hóstil.

El Tío, que es el Diablo de las Minas, le ayuda a superarse en su trabajo mediante el miedo que genera, porque es a quien se atribuye todos los desastres. El minero solo puede tener éxito y seguridad si logra igualar la fuerza del Tío. Si se le ocurre un accidente, no puede omitir de ofrecerle porciones de coca al Tío, y "ch’allarle" (asperjar) con alcohol. Para estos fines, en cada mina se encuentra una efigie del Tío en un nicho cerca de la entrada.

Originariamente, el Tío vivía solo. Luego, se desposó con la Pachamama. Por lo cual, también es menester "ch’allar" a ella cada Martes y Viernes.

Además del Tío, en las minas se encuentra otro Diablo que es el "Gallo", un gallo verdadero pero invisible que junto con los mineros entra a la mina a sacar mineral. Para tener suerte, los mineros llevan como talismanes "naríz del zorro".

La narración termina con unos detalles sobre la vida social de los mineros dentro del campamento empresarial, no sin olvidar de mencionar el notorio "mal de minas" que pueden contraerse.

Tiay Prima

Los sucesos de este testimonio se presentan como verídicos, porque así se los contó a la narradora su tía. Se trata de una parte de la vida de su tía cuando fue a vivir con su enamorado en el Chaparé. Un diá cuando estaba bañándose en el río una fuerza demoníaca le arrastra bajo el agua. Por eso no regresa a su casa y su marido, Julián, se desespera. Luego una noche le aparece en la casa, pero al día siguiente se pierde otra vez. Cuando tras un largo tiempo no regresa, Julián acude a un "aysiri" (especie de adivino) quien realiza tres "aysas" (sesiones en que el adivino trata de "jalar" el espíritu de una persona perdida o muerta). En el tercer "aysa" aparece la tía Prima, y desde ese entonces Julián le cuida para que no vuelva a sucederle una intervención demoníaca. La tía dijo que un "maligno" se había apoderado de ella, pero que también le acompañó un "wak’ita" (dioscillo) que era un pequeño niño indio con "juk’utas" (sandalias de goma) y una bolsita de coca.

Tata Pukara Fiesta

"Tata Pukara" es el nombre de la fiesta de Tarabuco, Departamento de Sucre. El texto consiste en una descripción de la fiesta. Este relato narra el origen del "Kwichi", una rama de árbol en la forma de una cruz, describe la "Pukara" (fortaleza), un arco decorado con productos agrícolas, el "Pujllay" (juego, jugar), la vestimenta de los bailarines, y el sistema de pasantes y prestes

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